El arte del Krav Magá
Una eficaz herramienta de defensa personal genuinamente hebrea
No podemos acabar este reportaje especial dedicado a las armas ligeras de Israel sin hablar de un arte marcial auténticamente hebreo. Y es que el Krav Magá, o combate de contacto en la lengua hebrea, es el arma de defensa personal más importante del Tzahal y de la sociedad israelí en general. Desarrollado durante la década de 1930 por el checo Imi Lichtenfeld, el principal objetivo de este arte marcial es saber defenderse y ser capaz de repeler cualquier ataque personal. El Krav Magá ha alcanzado en la actualidad una enorme popularidad, tanto entre las fuerzas del orden, como en la propia población civil. En este sentido, conviene diferenciar entre el Krav Magá que se imparte para profesionales de la seguridad pública o privada (preferentemente escoltas), del que se imparte para cualquier ciudadano que desee aprender este arte marcial hebreo.
Uno de los puntos fuertes del Krav Magá es que, a diferencia
de otras disciplinas de defensa personal como el Karate, su creación y perfeccionamiento es muy actual, estando además sujeto a una sociedad donde la violencia y los enfrentamientos forman parte del día a día. Estos condicionantes obligan al Krav Magá a emplear técnicas basadas en la sencillez y la eficacia, ya que debe ser un arte de rápido aprendizaje y fácil ejecución.
En los cursos de formación para profesionales de la seguridad que la empresa Guardian Homeland Security S.A imparte en España e Israel, el Krav Magá tiene una importancia vital. Según nos confesó Ilan Arzooan, uno de los máximos responsables de Guardian, en una entrevista concedida a este mismo periódico, “el Krav Magá se basa en la lucha cuerpo a cuerpo y en saber cómo actuar en un enfrentamiento a manos vacías contra un oponente armado con un arma blanca (cuchillo, navaja, bastón…)”. Para Arzooan, “esta técnica goza de gran aceptación en España, ya que responde muy bien a la legislación española, la cual penaliza al profesional que usa un arma de fuego contra un oponente armado con un arma blanca. De esta forma, mediante el Krav Magá, el profesional aprende a repeler una agresión sin necesidad de echar mano de su arma de fuego”. Desde Guardian, también nos advierten de la necesidad de diferenciar las dos modalidades de Krav Magá que actualmente se imparten en España. Así, por un lado está la parte orientada exclusivamente hacia la defensa personal; y por otra la que está más enfocada hacia el combate cuerpo a cuerpo. En el primer caso, todas las técnicas enseñadas tienen como objetivo que el alumno sepa cómo defenderse ante un ataque o una agresión hostil para poder salir ileso.
Sin reglas, sin límites
En el segundo caso, el del combate cuerpo a cuerpo, la metodología de trabajo está orientada hacia el aprendizaje de cómo neutralizar a un agresor de forma rápida y efectiva. Esta es, por lo general, la parte que se enseña a los cuerpos y fuerzas de seguridad pública y privada que participan en los distintos cursos de formación. El Krav Magá entendido como lucha cuerpo a cuerpo busca siempre utilizar el camino más lógico, sencillo y natural para ganar el combate, ya que el combate es un reinado de incertidumbre y sorpresa. En este sentido, los instructores de Krav Magá enseñan a sus alumnos a usar movimientos de defensa muy simples y naturales, de tal forma que el aprendizaje es rápido y sencillo. Lo que se pretende en todo momento es buscar la máxima eficacia en combate, y por ello el Krav Magá no tiene reglas ni límites (de ahí que, a diferencia de otras artes marciales, no se pueda entender como un deporte o una competición entre luchadores). Dado que están pensadas para aplicarse en situaciones de combate real, las técnicas de Krav Magá son variadas y contundentes, siempre con la mirada puesta en lograr salvar la vida y neutralizar al oponente.
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Otro de los aspectos importantes de esta poderosa herramienta de defensa israelí es su fuerte componente psicológico. En este sentido, de la misma forma que se potencian las habilidades físicas del profesional, el instructor de Krav Magá también persigue que su alumno pueda desarrollarse mentalmente. Esto es fundamental para comportarse con habilidad en situaciones donde se den enfrentamientos violentos y en los que se genere un elevado nivel de estrés. Es decir, lo que se pretende es que el agente, militar, o escolta que aprenda Krav Magá sea capaz de no bloquearse y actuar con diligencia cuando se vea envuelto en un escenario violento y real.
Tanto en la modalidad de defensa personal como en la de combate cuerpo a cuerpo, el Krav Magá permite la utilización de todo tipo de técnicas a mano vacía, utilizando si es necesario los puños, los codos, las rodillas, la cabeza, luxaciones… en definitiva, cualquier parte del cuerpo con la que se pueda golpear y repeler una agresión. Incluso, también se entrena el uso de cualquier utensilio que pueda servir como arma, ya que la misión es reducir al oponente con la mayor rapidez posible, sin concederle oportunidades para que pueda volver a atacar. Teniendo en cuenta que el Krav Magá acepta y ve lícita una retirada ante una agresión, también conviene destacar que sus técnicas pueden aplicarse sin demasiadas complicaciones en espacios cerrados, tales como el interior de un coche, de un avión, o de un ascensor.
El objetivo del Krav Maga es repeler la agresión hasta el final sin dejar oportunidad que la amenaza reaparezca, de ningún modo ve licita o acepta la retirada ante una agresión.
Dado su carácter de arte marcial moderno, el Krav Magá cuenta en la actualidad con numerosos seguidores en todo el mundo. Cada día son más los cursos y seminarios en los que se imparten las técnicas que forman parte de este sistema de defensa personal y combate cuerpo a cuerpo. En definitiva, y al igual que las armas de fuego que hemos analizado, se trata de otra exitosa herramienta más al servicio de los soldados y policías de Israel.
