Se trata de un sistema de misiles diseñado para interceptar y destruir cohetes de corto alcance y proyectiles artilleros lanzados desde una distancia de 4 a 70 kilómetros destinados al bombardeo de población civil.
Este sistema es utilizado por el Estado de Israel, quien prevé a medio plazo aumentar el alcance efectivo de los misiles de 70 a 250 kilómetros y aumentar su versatilidad, como la capacidad de interceptar misiles provenientes de múltiples direcciones. El sistema fue creado como respuesta defensiva a la amenaza sobre la población israelí de la caída de cohetes procedentes de las fronteras norte y sur. Es también pionero en el uso del sistema SPYDER.